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9 de mayo de 2018

La perseverancia en el deporte... y la vida


Hoy hablamos de uno de los aspectos que más se suelen trabajar en psicología deportiva como es el cambio de actitud sobre la marcha en el terreno de juego, la cancha, la competición: La perseverancia.



Según Ear Psicólogos, especialitas en el deporte y la infancia, “normalmente son los padres u otros familiares quienes se quejan de la actitud que presentan los deportistas, y es que desde fuera es más sencillo darse cuenta de ello”. Como ejemplos ponen el de tenistas que ante un fallo importante se enfadan y tiran la raqueta, golfistas que van haciendo aspavientos y quejándose durante el recorrido de un hoyo después de meter la bola al agua, jugadores de basket que al llevar el marcador en contra, se centran en la actuación del árbitro, etc.

Estamos hablando, en definitiva, de actitudes que dificultan el estar centrado en la tarea principal, que nos alejan del objetivo prioritario. Además, se proporcionan información valiosa a los rivales sobre el estado anímico en el que se encuentra el deportista. Algo que no sucede normalmente, por su origen, en las artes marciales en las que se enseña a ocultar el dolor para no dar pistas al rival.

Pero nos interesa ahora el factor negativo de estos comportamientos en que se desterra la perseverancia, para manifestar la frustración. Hay que tener en cuenta que este tipo de manifestaciones –aspavientos- inciden, negativamente, sobre todo, en el mantenimiento del esfuerzo, favoreciendo que, en algunos casos, el deportista llegue derrotado y a tirar por la borda la contienda. “En este contexto, es necesario hacer ver a los deportistas que lo malo no es cometer fallos sino dejar de esforzarse para superarlos” explican Ear Psicólogos.

Si bien en el ámbito de la psicología, y más concretamente de la motivación, se ha hablado mucho de la importancia de marcarse metas realistas, se ha venido a tratar menos el mantenimiento del esfuerzo, es decir, la perseverancia. Este es el tema de esta nueva entrada en nuestro blog y lo tratamos teniendo en cuenta que se trata de un aspecto tan importante en el deporte como, en la vida. El deporte debe ser interpretado una vez más como educación.

Así, recurrimos a la definición del DRAE de perseverar: “mantenerse constante en la prosecución de lo comenzado, en una actitud o en una opinión”. Por su parte,  desde los mencionados Ear Psicólogos añaden que perseverar es: “mantener una conducta a pesar de la ausencia o baja frecuencia de una recompensa”.

Para tener éxito en lo enunciado hay que recordar que la característica principal de una conducta motivada es la de estar orientada a la consecución de una determinada meta o reforzador relevante. “Cuando se produce una carencia de este reforzador o meta, se activa un estado motivacional cuya función es producir un estado del organismo que facilite la iniciación de conductas orientadas a su consecución” señalan desde Ear Psicólogos, quienes añaden que “este estado motivacional varía en función de la meta perseguida en cada momento y conlleva una serie de cambios cognitivos y subjetivos como la activación de expectativas, la evaluación y representación mental de las metas y reforzadores o la iniciación de procesos de planificación y solución de problemas. Además, el estado motivacional puede alterar temporalmente la jerarquía de conductas más o menos probables, influyendo en la elección entre las posibles acciones a ejecutar en un momento dado”.

En resumen, hay que tener siempre presente la meta u objetivo –ajustado a la realidad- si queremos que el deportista mejore su perseverancia. “El deportista ha de decidir de forma voluntaria si quiere seguir compitiendo, prefiere seguir lamentándose de los fallos o prefiere desahogar su enfado” recuerdan Ear Psicólogos.

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